Desertificación, Degradación de la Tierra y Sequía

El Informe Especial del IPCC sobre el Cambio Climático y la Tierra destaca que la degradación de la tierra y la adaptación al cambio climático están interrelacionadas de manera compleja, presentando tanto interacciones positivas como negativas. Por un lado, la degradación de la tierra, que incluye procesos como la deforestación, la erosión del suelo y la desertificación.

Puede exacerbar los efectos del cambio climático al liberar carbono almacenado y reducir la capacidad de los ecosistemas para actuar como sumideros de carbono.

Por otro lado, las medidas de adaptación que promueven el manejo sostenible de la tierra, como la reforestación y prácticas agrícolas regenerativas, pueden mejorar la resiliencia de los ecosistemas y las comunidades humanas, contribuyendo simultáneamente a la mitigación del cambio climático al aumentar la captura de carbono y mejorar la salud del suelo.

Ecuador es Parte de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) desde 1997, reafirmando así su compromiso con la protección de los ecosistemas frágiles, la conservación del suelo y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones afectadas por la degradación de la tierra y la sequía. En este marco, el país ha desarrollado políticas, planes y acciones orientadas a alcanzar la Neutralidad en la Degradación de la Tierra (NDT), integrando estos esfuerzos con sus estrategias nacionales de desarrollo sostenible, adaptación al cambio climático y gestión de recursos naturales, especialmente en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas donde estas problemáticas son más evidentes.

Ecuador ha desarrollado el Plan Nacional de Sequía (PNS) como una estrategia integral para abordar los desafíos que la sequía impone al país. 

Este plan establece directrices generales destinadas a reducir la vulnerabilidad y exposición de las comunidades afectadas, promoviendo el monitoreo y la implementación de medidas de manejo sostenible de la tierra y adaptación al cambio climático. 

La sequía y la degradación de la tierra están intrínsecamente relacionadas, ya que la falta prolongada de precipitaciones puede acelerar procesos de erosión, pérdida de fertilidad y desertificación. Estas condiciones afectan negativamente la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, incrementando la vulnerabilidad de las poblaciones rurales. El PNS reconoce esta interconexión y propone acciones que abordan simultáneamente ambos problemas, fomentando prácticas sostenibles que mejoran la resiliencia de los ecosistemas y las comunidades. ​

En línea con estos esfuerzos, Ecuador implementa el Proyecto Neutralidad de la Degradación de la Tierra (NDT), liderado por los ministerios de Ambiente y Agricultura, con el apoyo técnico de la FAO, financiamiento del GEF y ejecución de CONDESAN. Este proyecto tiene como objetivo prevenir, reducir y revertir los procesos de degradación de la tierra, promoviendo el desarrollo sostenible de las comunidades rurales y asegurando la provisión de servicios ecosistémicos clave. Entre sus componentes se incluyen el fortalecimiento del entorno habilitante para el establecimiento de metas y monitoreo de la NDT, la demostración del enfoque NDT en paisajes priorizados, la promoción de mecanismos de incentivos innovadores y el monitoreo y evaluación del proyecto. 

El establecimiento de metas NDT en Ecuador busca equilibrar las pérdidas y ganancias en términos de servicios y funciones de los ecosistemas, manteniendo o mejorando la productividad de la tierra y reforzando la resiliencia de las comunidades que dependen de ella. Este enfoque contribuye a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, así como a la mitigación y adaptación al cambio climático.